julio 24, 2020

Carta abierta al tapaboca

Hasta hace unos meses creía que el  teléfono celular sería el objeto más utilizado en el mundo, quizás un modelo más sofisticado podría remplazar un equipo por otro pero al final, millones de personas tendrían como acompañante primario a ese dispositivo que nos permite estar comunicados; sin embargo,con la llegada del tapaboca mi apreciación cambió.
No hay duda que en medio de la pandemia por el Covid 19 que ha dejado centenares de muertos en el mundo y millones de personas contagiadas, mi «no tan querido» tapaboca o mascarilla (me niego llamarlo nasobuco como en Cuba) se ha convertido en un escudo protector del virus; a pesar de las divergencias entre organismos y presidentes que discuten o hacen mala práctica de uso, hoy podemos decir que el tapaboca es nuestro aliado en esta batalla titánica del 2020.
Pero una cosa es saberlo y otra es la realidad, y es que aunque muchos de forma creativa hasta diseñen sus propios tapabocas con telas de colores pasteles o estampadas, canutillos y una que otra lentejuela, personalmente me impacta ver a todo el mundo utilizando uno, a veces confieso que me resisto, es una película de terror llevada a la realidad.
Personalmente te confieso tapaboca que  para mis orejas no ha sido nada ameno el uso de la mascarilla, las tiras que la sujetan a cada oreja dejan su estela de incomodidad y picazón cuando hay calor lo que hace esta relación un poco compleja.
Otra crisis de mi relación contigo es cuando uno intenta desbloquear un móvil , esta acción se ha convertido en un imposible para todos; es necesario que las empresas fabricantes ofrezcan una alternativa frente la «nueva normalidad» como muchos lo llaman en caso de que esto se prolongue más de lo que uno quiere, sin olvidar lo que ocurre si uno te olvida en la casa.
No menos importante el respirar ¡Dios mío!. He tenido la dicha de poder cambiar diariamente un tapaboca porque es que cuando pasa todo un día usando uno, las cosas se pueden complicar porque la concentración de la respiración nasal o bucal concentrada en esa densa tela, provoca asfixia en cuestión de segundos , no sé si aguantaré a diciembre y espero que no.
Ya casi termina Julio y la pandemia sigue en pleno desarrollo, subestimar esta crisis no solventará el problema, mientras esperamos la vacuna que nos permita avanzar al próximo capítulo de las sorpresas del nuevo momento, nos queda mantener la mascarilla y rezar para que el doctor Anthony Fauci pronto nos de la buena noticia. Me resigno mascarilla, pero en esta oportunidad tú ganas.
Compartir

Orián Brito

Seguiremos Informando.

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Últimos Artículos

Últimos Artículos

Suscribete y Mantente Informado

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Más info

aceptar