septiembre 11, 2021

Venezuela y sus burbujas

Es innegable que la realidad en Venezuela ha cambiado bastante, por más que nos duela a muchos de nosotros que añoramos nuestro país, el impacto del chavismo tras 20 años en el poder creó una brecha social significativa que ha aumentado paulatinamente, pero ¿cómo se manejan estas burbujas en la actualidad?

La nostalgia es el primer sentimiento que se me viene a la cabeza cuando pienso en ahondar un poco más sobre lo que ocurre actualmente en Venezuela. No podemos negar que ya no somos los mismos y que el contraste del país que muchos recordamos frente a una sociedad que ha crecido en medio de la “revolución bolivariana” es un duro golpe de realidad que contrastan con los recuerdos que mantenemos y que no queremos dejar morir. 

Las carencias, la pobreza y las dificultades son una consecuencia directa del impacto del socialismo del siglo 21 en el país que en algún momento fue el más pujante de Latinoamérica, ahora queda para el recuerdo de aquellos que nos aferramos al lugar en el que crecimos.

UNA ODA A LA NOSTALGIA

Para mí, una de las razones principales por las que los venezolanos en el exilio añoramos los recuerdos relacionados a ese país antes del chavismo. Mantenemos una conexión sublime con la música, los dulces típicos, las marcas tradicionales y hasta los programas, novelas o comerciales de televisión que marcaron nuestra infancia. 

Este sentimiento se profundiza gracias a la diáspora que va en aumento y que recientemente marcó el hito de los más de seis millones de migrantes según el reporte de la Naciones Unidas que impacta a la región pero que juega un papel importante en la nueva realidad del país en el que las remesas son el equlibrio de la nostalgia.

A pesar de que algunos decidieron regresar a Venezuela por el impacto de la pandemia en los países a los que emigraron, aún quedan millones que piensan en cómo lograr salir del país, un ejemplo palpable está en la frontera Sur de Estados Unidos donde cada vez son más los venezolanos que cruzan.  

Los grupos de WhatsApp se convierten en un refugio de esas familias que tienen que lidiar con la separación. No existe un cumpleaños sin una videollamada grupal, un mensaje en el día a día, o incluso imágenes que nos recuerden los momentos más preciados 

Los tiempos cambian y de eso no hay dudas. Sin embargo, aferrarse a esa misma nostalgia podría ser un alivio emocional para aquellos que se niegan a aceptar que la nueva realidad implica una Venezuela que ya no es como la recordamos. 

DOS BURBUJAS: LA NUEVA REALIDAD VENEZOLANA

Parte de esa nueva realidad es bastante clara. Surgen ahora dos burbujas bien definidas: una en la que un sector de la sociedad ha notado una mejoría a nivel nacional y otra que aún sufre los estragos de una crisis desatendidas. ¿Qué es lo más difícil de aceptar? Aunque muchos traten de desestimarlas, las dos son igual de válidas. 

En Twitter existe un gran debate con respecto al tema. Una de las opiniones que he leído sostiene que la burbuja es cada vez más grande para aquellos que pueden sobrevivir a la dolarización de facto y que pueden manejar los precios más altos, pero la otra cara de la moneda representa la carencia que todos conocemos. Las redes juegan un papel clave en este aspecto porque además de las opiniones  en redes están los llamados ¨influencers¨ que visitan al país presentando las bellezas naturales, su gente, y haciendo un somero o ligera presentación de la realidad profunda del venezolano. 

Fuera de los nuevos restaurantes, los supermercados abastecidos y las nuevas “comodidades”, no deja de estar presente la anormalidad en el país: fluctuaciones eléctricas que derivan en apagones, escasez de agua, colas de días para surtir combustible, falta de gas doméstico para cocinar, falta de medicinas o tratamientos de salud impagables  y una hiperinflación que, si bien es cierto que ha estado levemente opacada por el uso de los dólares  que aún impacta la estancada economía venezolana. 

A todo este trasfondo se le suman dos aristas que, inevitablemente, cohabitan entre sí: los “enchufados” que necesitan lavar el dinero producto de la corrupción y los venezolanos que se desentendieron de la política y simplemente quieren disfrutar de las cosas que reaparecieron gracias a la falsa sensación de normalidad que causó la dolarización. impulsada en una parte por la remesas y por la devaluación del bolívar. 

Una opinión que también está presente y ha creado bastante polémica es la comparación de la Venezuela de ahora versus el panorama nacional presente entre finales del año 2015 y comienzos del 2019. Existe un grupo que considera una mejoría con respecto a esos años por el hecho de ver una disminución radical de la escasez de alimentos y la proliferación de nuevos locales, tanto de comida como otros emprendimientos en múltiples áreas económicas, el gran dilema es lo sustentable en el tiempo de dichas burbujas. 

ENTONCES, ¿CUÁL ES LA VERDAD?

La cruda verdad es que la Venezuela que yo conocí ya no existe. Mantengo en mi memoria los recuerdos del país que crecí, que alojó a mi familia y que es el lugar que me llenó de experiencias maravillosas y otras muy amargas. Quizás, al menos para mí, esa nostalgia por los buenos tiempos no desaparecerá prontamente. 

Desde mi posición, es difícil darles una conclusión certera ya que tengo años sin estar allá y me guío solo por lo que leo en prensa, redes y lo que comentan mis familiares o amigos desde allá. De lo que no hay duda es que aún existe el venezolano trabajador que busca la manera de salir adelante a pesar de las adversidades y valoro mucho que hayan personas que han podido mejorar su calidad de vida. Mi mayor deseo es que se convierta en algo generalizado y que poco al poco mi gente logre tener todas las oportunidades en buena lid que el chavismo le quitó tras años de corrupción y mal manejo a nivel político. 

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Orián Brito

Seguiremos Informando.

2 Comentarios

  1. Milagros Martínez L.

    Son dos Venezuela en paralelo; la una no puede negar a la otra. Ante ese espejismo de los bodegones y, luego, las tiendas de electrodomésticos, más emprendimientos diversos q dan un cierto confort a un sector de la población, está la mayoría q vive privaciones y todo tipo de calamidades, cómo los empleados públicos, los jubilados y pensionados; estos últimos llevan la peor parte en un país donde los servicios públicos no sirven, la corrupción corroe los cimientos de las instituciones, un aparato productivo destruído, las variables económicas descontroladas y un gobierno que sólo piensa en seguir atornillado al poder, cueste lo que cueste.*******

    Responder
    • admin

      Sin duda. Saludos

      Responder

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